Recrean la voz del Dr.Atl con Inteligencia Artificial
“El doctor del Dr. Atl” en el Museo Kaluz, muestra su amistad con el médico José Palacios Macedo e incluye un audiovisual narrado por el propio artista
Un total de 25 obras, en su mayoría inéditas, que reflejan la amistad entre el pintor Gerardo Murillo Coronado, mejor conocido como Dr. Atl, con su médico de cabecera, José Palacios Macedo, se exhiben en la muestra El doctor del Dr. Atl en el Museo Kaluz.
De la exhibición destaca la proyección de un video contemporáneo, titulado “El mejor de los testigos”, de aproximadamente 10 minutos, en el que se observan imponentes imágenes aéreas del relieve geográfico mexicano y el volcán Paricutín, las cuales son acompañadas de una voz, como de viejo sabio, que aparenta ser la del mismo Dr. Atl, pero que realmente se trata de una “recreación” hecha por Inteligencia Artificial (IA).
Generada a partir de una grabación resguardada por la Fonoteca Nacional en la que se escucha al pintor dar una conferencia sobre su proyecto frustrado de ciudad, “Olinka”, esta simulación sonora reproduce una lectura de fragmentos de los textos, autoría del Dr. Atl “Un nuevo género de paisaje” (1958) y “Cómo nace un volcán” (1950), los cuales son piezas claves para el entendimiento de su estética y de su obra.
“Se trata de un elemento específicamente educativo y de mediación, para hablar de algo muy concreto. Primero que nada (en esta exposición) le advertimos al público que la voz que van a escuchar es hecha por IA. Esto marca cómo este medio tecnológico ayuda a que la voz escrita del Dr. Atl se escuche”, explicó Miguel Fernández Félix, director del Museo Kaluz.
Tanto el director el museo, como la curadora de la exhibición, Lucía Ortiz, mencionaron que la idea original de reproducir la voz del Dr. Atl fue de la empresa que realizó el video, sin embargo, puntualizaron que ya existen varias tecnologías con IA que son utilizadas en diversos museos.
EL MEJOR DE LOS ENFERMOS
Como parte de la línea museográfica del Museo Kaluz, que se ha propuesto “abordar la historia de la pintura desde otros discursos”, como explicó Miguel Fernández Félix, esta muestra da una lectura de la amistad entre el Dr. Atl y el médico Palacios Macedo, al que, se considera, el pintor le obsequió varias de sus pinturas en agradecimiento por sus atenciones o por simple amistad, desde 1940 hasta el final de sus días.
Compuesta por fotografías, pinturas al óleo, grabados, dibujos, ilustraciones, documentos periodísticos, fotográficos y personales, la exhibición muestra parte de la evolución del Dr.Atl como paisajista, pero también da cuenta del medio cultural en el que ambos doctores se movían, ya que Palacios Macedo fue una destacada figura de la medicina en México, como director de la Facultad de Medicina.
“Macedo fue un personaje singular, fue uno de los médicos más destacados de la primera mitad del siglo XX. Es poco recordado por la gente, a diferencia de otros médicos, y yo creo que la razón es porque estuvo muy poco involucrado en la política, y más dedicado a la medicina, el arte y la bohemia”, dijo durante la inauguración Alexis Palacios, nieto de José Palacios Macedo.
La muestra incluye obra del caricaturista Ernesto García Cabral (1990-1968), la cual se pone en contraste con la del Dr. Atl y da fe de la importancia del médico Palacios Macedo en el medio cultural y social de su tiempo, como quedó plasmado en un mural que estaba en el extinto hotel-restaurante L’Escargot, en la colonia Nápoles, donde aparecía retratado junto a otros personajes como Diego Rivera y Agustín Lara.
De la relación entre el Dr. Atl y Palacios Macedo, la muestra exhibe escritos entre ambos, además de una primera edición del libro “Cómo nace un volcán” (1950), intervenido por el pintor y dedicatorias como una que reza: “El mejor de todos los enfermos saluda al mejor de todos los médicos, y le envía en estas líneas sus mejores deseos, los que naturalmente se extienden a toda la familia Palacios Macedo […] Mañana estará en el Paricutín este resucitado que espera fregar al volcán, ya que en la otra ocasión el volcán lo fregó a él”.
