La costosísima bronca entre morenistas

COSTOSISIMA

Por falta de acuerdo entre el bloque mayoritario y la oposición en el Senado no se logró votar a una nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia. Tocó al Presidente designar a Lenia Batres, quien los próximos 15 años ocupará ese lugar. Suponemos que el Presidente estará contento con el “predicamento” —así dijo— en que lo metieron.

La negociación y los votos, sin embargo, reflejan las broncas que todo presidente mexicano ha enfrentado en su último año.

Los políticos, más aún los del partido mayoritario, ya andan acomodándose, grillando en tribus —aunque no se reconozcan— por lo que viene.

Las votaciones para elegir ministra algo nos dicen.

Con la primera terna las cosas quedaban bastante claras. El grupo oficialista quería a Bertha Alcalde. Obtuvo 58 y 68 votos a favor en las dos votaciones de la primera terna. Insuficientes, cierto, pero parecía indicar que había un mandato y se obedecía.

Los resultados de la votación de ayer en la madrugada son como si hubieran votado otros. Lenia Batres, que en las dos primeras votaciones tuvo los mismos votos que dedos en una mano, de repente fue la favorita con muchos más votos que los que había ganado hace apenas un par de semanas. Sabedores que perderían, una de las tribus morenistas mandó un mensaje a Palacio Nacional: a esta queremos nosotros.

En Morena algunas tribus cambiaron de opinión y, entre otras cosas, tronó la negociación que había avanzado a Alcalde con parte de la oposición —por mucho, la mejor candidata—.

La bronca entre morenistas por la ministra tuvo otro efecto. La reincorporación de Ricardo Monreal al Senado, según todos los reportes de compañeros que llevan años cubriendo el Senado, alteró caminos que se habían andado para nombrar a quienes ocuparían vacantes en el Tribunal Electoral, se armó un lío que no se pudo desenredar y no hubo nada. Y el berrinche de Dante Delgado lo hizo todo peor. ¡Viva lo nuevo!

Las cosas solo se pondrán peor en cada una de esas decisiones. Como en los viejos tiempos, las broncas son dentro del partido mayoritario, es decir, donde está el poder. Eso es lo que se disputa.

En el camino se perdió la oportunidad de hacer ministra a una mujer capaz, honesta, inteligente, conocedora del sistema judicial. Una chingona.

Una verdadera vergüenza. Sí, son iguales.