Cinco malentendidos sobre la pobreza

A lo largo de este año se han cimentado en la opinión pública cinco mitos sobre las cifras de pobreza. En este texto proveo de evidencia para desmentirlos.

Mito 1: La pobreza no bajó.

Realidad: Sí lo hizo. Según datos oficiales del CONEVAL, el porcentaje de la población en situación de pobreza disminuyó de 41.9% a 36.3% de 2018 a 2022. Esto significa que 5.1 millones de personas salieron de la pobreza. Hay quien ha descartado el dato de CONEVAL diciendo que un estudio de investigadores del PUED-UNAM concluyó que la pobreza no había disminuido. Hoy sabemos que el estudio del PUED-UNAM era inexacto pues utilizaba líneas de pobreza no adecuadas [IV]. Una vez que se usan las líneas de pobreza adecuadas, los datos de CONEVAL se mantienen [V].

Mito 2: La pobreza sí bajó, pero solo como lo venía haciendo antes.

Realidad: La pobreza bajó más del doble de lo que lo hacía antes. Usando la serie de datos estrictamente comparable de CONEVAL (2016 a 2022), la pobreza bajó en promedio (-)2.8 puntos porcentuales por bienio de 2018 a 2022. Anteriormente, de 2016 a 2018, la pobreza solo bajó en (-) 1.3 puntos por bienio. Ahora bien, si consideramos series históricas, se puede observar que la reducción observada de 2018 a 2022 es la mayor reducción observada en más de dos décadas [I].

Mito 3: La pobreza solo bajó porque aumentaron las remesas y los programas sociales.

Realidad: Varios estudios han identificado que el componente más importante para la reducción de la pobreza observada de 2018 a 2022 fue el ingreso laboral, no las remesas ni los programas sociales. Primero, CONASAMI realizó un estudio que mostró que el 80% de las reducciones en pobreza se deben a los aumentos salariales. Segundo, según CONEVAL, sin transferencias sociales la pobreza aumentaría en 2.7 puntos porcentuales (en 2018 lo hacía 1.9 puntos). Es decir, las transferencias sociales no pueden ser el principal ingrediente de la reducción en pobreza porque solo explican 0.8 de 5.6 puntos de reducción en pobreza de 2018 a 2022. 
Tercero, con datos de ENIGH, mis propios estudios muestran que el 73% de las reducciones en pobreza se deben al ingreso laboral, 6% a transferencias de gobierno o becas y solo 3% a remesas [VI]. El tema deberá de ser evaluado con más detalle, pero hasta ahora, no hay evidencia de que las remesas o los programas sociales sean los principales responsables de la reducción en pobreza.

Mito 4: Los aumentos al salario mínimo no aumentan los ingresos de forma significativa porque mucha gente labora en la informalidad, donde el salario mínimo no aplica.

Realidad: Es verdad que los aumentos al salario mínimo solo aplican en la formalidad, pero se ha observado que éstos sí logran permear a la informalidad [II]. De hecho, actualmente, el ingreso laboral per cápita se encuentra en su máximo desde que se tienen datos, en 2005 [IV].

Mito 5: El ingreso aumentó, pero no importa porque se lo comió la inflación.

Realidad: El ingreso aumentó por encima de la inflación. Todos los datos que se han dado por CONEVAL o en cualquier estudio citado en esta nota han sido ajustados para considerar solo cambios por encima de la inflación.

Por Viri Ríos