Pasa de uno a 278 número de plantíos de coca erradicados en cuatro años

Se conoce que, en 2020, efectivos de la Sedena únicamente detectaron uno de estos sembradíos, en el estado de Chiapas.

La detección y destrucción de plantíos de hoja de cocaína por parte del ejército, se incrementó de uno a 278 en los últimos cuatro años, de acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Con reportes oficiales obtenidos por MILENIO vía transparencia, se conoce que, en 2020, efectivos de la Sedena únicamente detectaron uno de estos sembradíos, en el estado de Chiapas.

Al año siguiente, los militares destruyeron siete plantíos, en Guerrero. Para 2022, la cifra se elevó a 70 puntos de siembra en diferentes entidades.

Sin embargo, en 2023 la destrucción de plantíos de hoja de cocaína aumentó drásticamente, a 278, de los cuales 98 estaban en el estado de Michoacán y 180 en Guerrero.

Todos los sembradíos se ubican en estados dominados o disputados por los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación.

En el caso del estado de Guerrero, la mayoría de los cultivos fueron asegurados en las zonas montañosas, donde anteriormente los campesinos sembraban amapola, mariguana y café.

Pero en medio del auge de drogas sintéticas como el fentanilo, la amapola y la mariguana ya no tienen el mismo valor, por lo que según especialistas los grupos criminales han buscado en la hoja de coca aumentar sus ganancias sin aumentar tanto el riesgo.

“Les conviene más vender cocaína que vender fentanilo, porque existen más riesgos a una persecución de las autoridades y riesgos más altos para un ataque si venden fentanilo”, planteó el investigador en temas de seguridad de la Universidad de Guadalajara, Francisco Jiménez Reynoso.

Consultado por MILENIO, comentó que también pegó a las finanzas de los traficantes la legalización de la mariguana en Estados Unidos.

“Al ser autosuficientes en la producción de mariguana, porque cada ciudadano norteamericano que desea consumir puede sembrarla, entonces por eso viene la producción de cocaína porque Estados Unidos no ha permitido en su legislación, por eso es un negocio”, agregó el catedrático.
Tras dejar de lado la amapola y la mariguana, las poblaciones serranas de Guerrero y Michoacán que se dedicaban a la siembra, enfrentan graves problemas económicos.

Hace años la mayoría de los campesinos que se dedicaban al tráfico de enervantes vivían en la opulencia, por los cientos de dólares que recibían a cambio del cargamento, ahora muchos de ellos solo viven de los apoyos gubernamentales.