Día Internacional del Asperger

Quienes padecen este trastorno del espectro autista tienden a tener patrones repetitivos, dificultad para entablar comunicación e interactuar con otras personas, entre otros.

El síndrome del Asperger es un trastorno del neurodesarrollo considerado dentro del espectro autista. El termino fue utilizado por primera vez en 1981 por la psiquiatra inglesa Lorna Wing, como un reconocimiento a Hans Asperger, psiquiatra y pediatra austriaco que ya había descrito dicho síndrome en 1943.

“En cuanto a los patrones repetitivos o rutinarios, los niños con este trastorno suelen acomodar sus cochecitos en fila o por colores, o vestirse siempre de la misma forma, o usar una misma sudadera todos los días, a toda hora, aunque esté sucia. Y si un día en que los llevan en coche a la escuela es inevitable cambiar de ruta por un accidente o un embotellamiento, piensan que los llevarán a otro lado y se angustian”, dice Diana Patricia Guízar Sánchez, investigadora de la UNAM.

Algunos factores son que a diferencia de otros síndromes que se manifiestan mediante ciertas características como el Down, el Asperger no se ve a simple vista.

En su aparición están involucrados desde factores hereditarios y síndromes genéticos, hasta infecciones virales durante el embarazo de la madre. De modo que para su diagnostico correctamente es necesario realizar una evaluación clínica y del desarrollo neuropsicológico y si es muy necesario, un electroencefalograma.

Es importante que todos los niños reciban psicoeducación así como terapia familiar y desarrollo habilidades sociales, ya que como su patrón de gustos y actividades es restringido, se clavan en ese tema y llegan a ser muy inteligentes respecto a eso, entonces, como creen que son brillantes, sus papás no comprenden por qué no los entienden cuando les explican que deben comportarse de tal modo, y, lejos de hacer que los síntomas se regulen y apoyarlos en las reuniones sociales, muchas veces los regañan. Por eso la importancia de una terapia familiar.

Con todo, los niños con el síndrome de Asperger pueden llevar una vida normal, siempre y cuando sean bien tratados, tanto desde el punto de vista médico como familiar y social. Aunque no hay cifrase exactas, se estima que en México uno de cada 115 niños tienen el síndrome de Asperger.