Investigan al Museo Tamayo por exposición artística con animales vivos

La muestra es una retrospectiva de la artista danesa Nina Beiber

Museo Tamayo / Cortesía / INBAL Jorge Silva

El Museo Tamayo será investigado por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), del Gobierno de la CDMX, por el uso de animales vivos en la nueva exposición “Casts”, de la artista danesa Nina Beiber.

Así lo dio a conocer la PAOT, en su cuenta oficial de la red social “X”, luego de haber recibido varios reportes por el uso de perros en dicha exposición, concretamente en el performance “Tragedy 2011”, cuya ficha técnica en el museo especifica las instrucciones en que éste se habrá de realizar.

“Todos los martes, viernes, sábados y domingos, al mediodía, una pandilla de perros, siguiendo las instrucciones de un entrenador, fingen estar muertos sobre una pila de tapetes persas”, reza la placa, donde también se advierte a los visitantes que tienen prohibido tocar a los animales y deben guardar un metro de distantica de los mismos.

La polémica comenzó, tras la inauguración de la exposición, el pasado 23 de mayo, cuando usuarios de “X” subieron videos del performance señalando que los perros lucen ansiosos y estresados.

NO REPETIR PERFORMANCE

Ante las denuncias de cibernautas la Secretaría de Cultura hizo un contundente comunicado en sus redes sociales donde se lee que respetan «los criterios de programación del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura» (INBAL) —órgano federal al que pertenece el recinto—, así como de “sus museos en favor de la libertad creativa”.

Sin embargo, la Secretaría de Cultura solicitó que no se repita el performance, pues afirmaron no estar “de acuerdo en el vulnerar los derechos de seres sintientes”.

Por su parte el Museo Tamayo, una hora después del aviso de investigación de la PAOT, hizo público en su cuenta de “X” un comunicado firmado por la Magali Arriola, directora general del recinto.

En él se asegura que que el INBAL, “respeta toda forma de vida animal y vegetal, como condición fundamental para que la humanidad viva en armonía con el planeta. De ninguna manera apoyamos el maltrato animal”.

Y argumenta que por la relación que tiene el museo con la gran cantidad de perros que visitan sus alrededores “el Tamayo ha creado diferentes formas de participación de los perros de su comunidad dentro de las salas y una vez al año se les dedican temporadas para ellos”, permitiéndoles acceder a las salas del recinto acompañados por sus cuidadores.

Con esto en cuenta el documento asegura que “invitó para que estos perros mascotas participen solo hoy en un performance durante 10 minutos, ya que forman parte de esa comunidad”.

«‘Casts’ es una exposición que llama la atención sobre nuestra relación con el mundo natural y aborda las distintas formas en que tratamos de dominarlo, no como una celebración de ese intento, sino con la intención de hacerlo visible».

DE QUÉ VA “CAST”

A partir del juego de significados de la palabra “casts” —que refiere tanto al proceso escultórico de moldes, como al reparto de actores en una obra de teatro— la muestra es una retrospectiva de los 20 años de carrera de Nina Beiber, quien ya había expuesto con anterioridad en nuestro país.

La exposición se compone de una serie de esculturas y performances, que ocurren de manera alternante e inmersiva en todo el Museo, los cuales —con mayor o menor explicación— hacen diferentes señalamientos a la cultura contemporánea, su manera consumista de proceder: como la escultura-performance “Estafa”, que es un huacal de verduras que se deja descomponer hasta que la vuelven a llenar de vegetales nuevos, como símbolo de el ficticio “cuerno de la abundancia” del mundo globalizado.

“Uno de los aspectos de la práctica de Nina que en lo particular llaman la atención es el que cada trabajo transita entre significados múltiples. Esto es muy importante, pensando en cómo su trabajo funciona en México, un país donde ha trabajado anteriormente, y en cómo ciertos trabajos suyos toman un nuevo significado en un contexto diferente, primero basado en cómo son recibidos, pero también en términos de cómo las condiciones materiales cambian, de acuerdo a lo que propone la economía local”, afirmó Aram Moshayedi, curador de la muestra.

La muestra se compone de varias otras obras, como «Campo,» en el que la artista enfila 2 mil 500 plantas artificiales que hacen sentir al espectador estar en un lugar con flora, pero en realidad es falso; «China», que son una serie de jarrones y perros de porcelana, hechos en serie, que hacen pensar en el valor que se les da a objetos en apariencia antiguos.

También hay otros performances que suceden con itinerarios establecidos en las placas del museo: un hombre que fuma compulsivamente en el museo, una custodia del recinto que canta las canciones que se le ocurren; un hombre desconsolado que llora acumulando sus lágrimas en un vaso; leones que cada que se han exhibido en diferentes partes del mundo cambian su función.