¿Hay estrellas con los colores patrios?

Nos ponemos creativos para adornar el cielo nocturno con estrellas que tengan los colores de la bandera, ¿podremos?

Hay estrellas blancas y rojas pero, ¿y verdes?. iStock.

Nos ponemos creativos y queremos adornar el cielo nocturno con estrellas que tengan los colores de la bandera, ¿podremos?

Si vives en una gran ciudad repleta de luces, en el peor de los casos no verás una sola estrella en el cielo nocturno. Con un poco de suerte lograrás ver una decena de estrellas, probablemente casi todas ellas de color blanco. Si estás lejos de la ciudad, en un muy buen lugar (oscuro, alto y despejado) podrías llegar a ver hasta 2000 estrellas. En este caso, si te fijas bien, seguro que puedes llegar a identificar otros colores además del blanco.

En la constelación de Orión podemos ver estrellas blancas, azuladas y rojizas. iStock.

Por ejemplo, Sirio, la estrella más brillante en el hemisferio norte tiene un tono blanco tirando a azulado (aunque no siempre fue así). Si nos fijamos ahora en la constelación de Orión, verás que Betelgeuse es de color rojizo y Rígel azul. Otros colores que podemos llegar a diferenciar son el amarillo, como el de la estrella Canopus, y el anaranjado, como el de las estrellas Arturo y Aldebarán.

El color de las estrellas

El color es una de las propiedades más importantes de las estrellas y que haya una cierta variedad de colores nos apunta a que este debe estar relacionado con una propiedad física de las estrellas que cambia de unas a otras. Esta propiedad es la temperatura superficial de la estrella. 

Todos los cuerpos emiten luz a causa de la temperatura a la que están. Aquellos cuerpos cuya emisión de luz se debe solo a la temperatura a la que están (y no hay otros factores involucrados) se les llama cuerpos negros. Pues las estrellas, son cuerpos negros y su color está directamente relacionado con la temperatura a la que está su superficie.

Nuestros ojos están adaptados para ver solo en el estrecho intervalo visible. iStock.

Nosotros no podemos captar la luz que se emite a cualquier temperatura. Nuestros ojos están adaptados para ver la luz que se encuentra en un estrecho intervalo del espectro electromagnético, llamado intervalo visible por obvias razones. No vemos la luz infrarroja o menos fría y tampoco vemos la luz ultravioleta o más caliente. Si una estrella solo emitiera luz ultravioleta o de rayos X, no la veríamos con nuestros ojos en el cielo.

Las estrellas más frías tienen temperaturas de unos 3,000 grados kelvin (algo más de 2,700 ºC) y las más calientes están a unos 25,000 grados kelvin (unos 24,700 ºC). Como ves, eso de estrellas frías es una forma de hablar porque realmente no son nada frías para nuestro estándar de temperaturas.

¡Pero hay truco! Si pensamos en la llave de la regadera, esperarías que las estrellas frías fueran azules y las calientes rojas. Pues no, pensemos mejor en la llama de un encendedor. La parte más caliente es la azul, no la roja. Así que, efectivamente, las estrellas más frías son rojizas y las calientes son más azuladas.

Para hacerlo aún más interesante, una estrella a lo largo de su vida va pasando por diferentes procesos físicos en los que su temperatura aumenta, se mantiene o disminuye. Estos cambios de temperatura llevan asociados un cambio en el color. Así que, si tuviéramos tiempo de ver a una estrella durante toda su vida, la veríamos pasar por varias etapas de colores diferentes.

¿Y qué pasa con el verde?

Podemos ver estrellas de color blanco, azul, rojo, amarillo y anaranjado. Entonces, tenemos dos de los colores patrios pero nos falta uno, el verde. ¿Podemos encontrar en el cielo estrellas verdes?

Para entender esto hay que saber que las estrellas no emiten sólo luz de un color sino que emiten luz de varios colores, el que vemos es el dominante. En las estrellas azules, su pico de emisión está justo en la luz azul y emiten muy poca luz roja. Por otro lado, en las estrellas rojizas, su pico de emisión está en el rojo y emiten muy poca luz azul. Pero el verde es un color particular porque está más o menos en medio del espectro visible y las estrellas cuyo pico de emisión se encuentra en el color verde, también emiten luz azul y luz roja casi en la misma proporción. El resultado es que no vemos la estrella verde sino como la suma de verde, rojo y azul, es decir, blanca.

Esto no tiene tanto que ver con las estrellas sino con las células que hay en nuestros ojos y la forma en que vemos los colores. Así que con otros ojos, otros filtros, podríamos ver las estrellas de distintos colores y entonces encontrar los colores patrios en el cielo.