Curiosidades sobre el Triceratops que quizás no conocías

Una de las criaturas prehistóricas más icónicas es este animal de tres cuernos. ¿Sabías que posiblemente sea uno de los últimos dinosaurios que habitó en la Tierra? ¿O que en ocasiones pudo enfrentarse con el Tiranousario Rex?

Los dinosaurios son criaturas prehistóricas que han capturado la imaginación y fascinado a las personas durante décadas. Y aunque se extinguieron hace millones de años en un mundo muy diferente al actual, el misterio que rodea su vida, comportamiento y extinción sigue despertando la curiosidad. 

Hoy nos detenemos a conocer más sobre el Triceratops, uno de los dinosaurios más icónicos y reconocibles de la historia.

1. Uno de los últimos dinosaurios

Conocidos como Triceratops, estos fascinantes animales se paseaban por nuestro planeta hace entre 68 y 66 millones de años, concretamente, a finales del período Cretácico. Gracias a los restos fósiles encontrados, se sabe que habitaban principalmente por la zona que hoy se corresponde con América del Norte.

Se cree que el Triceratops pudo haber sido uno de los últimos dinosaurios que caminó por la Tierra. Esta idea se basa en los restos fósiles encontrados en sedimentos más recientes, y en los últimos que contienen restos de dinosaurios.

La gran mayoría de fósiles de este animal se han encontrado en el oeste de Canadá y en los Estados Unidos. Estos registros aparecen a menudo en antiguos sedimentos costeros, por lo que se cree que vivieron en valles de zonas semiáridas, cerca de ríos y lagos.

Recreación de un Triceratops Getty Images/iStockphoto

2. Cara con tres cuernos y cresta

El Triceratops debe su nombre a su propia constitución física. Tri-SERRA-tops se traduce en inglés como three-horned face, que significa “cara con tres cuernos”. La cabeza de este dinosaurio podía despertar auténtico pavor porque su perfil estaba formado por un escudo de “pinchos” dispuestos en forma de triángulo. 

Sobre los ojos le crecían dos cuernos muy desarrollados que le servían de defensa y a la altura del hocico nacía un tercero de tamaño inferior. Los dos cuernos superiores podían llegar a medir hasta más de 1 metro, mientras que el otro no alcanzaba los 20 cm.

Sin embargo, esta criatura prehistórica no solo se caracterizaba por su triple cuerno sino también por una cresta alrededor de su cráneo. La cresta del Triceratops podría haber ayudado a proteger su cuello, pero algunos ejemplares muestran marcas de mordeduras de Tyrannosaurus que perforan la cresta, por lo que no siempre esta era suficiente. 

Según los expertos, la cresta también podría haber servido para atraer a las parejas, o para que los miembros de la misma especie se reconocieran entre sí.

Perteneciente a la familia de los ceratopsianos, el Triceratops podía medir hasta 9 metros de altura, 9m de longitud, unos 3 m de ancho y alcanzar alrededor de 5 toneladas de peso. Sin embargo, estas grandes dimensiones no le impedían correr a una velocidad de 32 km/h si las circunstancias lo requerían.

Recreación de un Triceratops Getty Images/iStockphoto

3. Actitud pacífica pero dispuesto a defenderse

Aunque podía aparentar un aspecto intimidante, el Triceratops no era un depredador ni manifestaba un comportamiento especialmente violento, pues su actitud y costumbres equivaldrían a las de los actuales rinocerontes. No obstante, si algún otro dinosaurio se comportaba de forma hostil con ellos, era muy probable que acabara llevándose una buena cornada.

Numerosos estudios apuntan a que los Triceratops se protegían del ataque de sus enemigos formando círculos en torno a sus crías y que solo utilizaban sus cuernos para defenderse, y no con la voluntad de embestir. Se cree que estos animales podían defenderse de otros dinosaurios depredadores, así como combatir con otros Triceratops en luchas territoriales o por la conquista de las hembras.

4. Una vida solitaria

Se sabe que muchos otros dinosaurios con cuernos vivían en manadas gracias a un hallazgo fósil de muchos individuos diferentes en el mismo lugar.

Al moverse en manadas, los animales de presa pueden advertirse unos a otros del peligro y disminuir sus posibilidades de ser señalados por un depredador.

Sin embargo, el Triceratops era poco habitual en este sentido, ya que sus restos suelen encontrarse individualmente, lo que sugiere que pudieron pasar gran parte de su vida solos.

5. Eran herbívoros

Pesados y poco ágiles, los Triceratops solo se desplazaban si era necesario, principalmente para abastecerse de grandes plantas que arrancaban con destreza y que servían de base para su alimentación. 

Aunque los científicos no tienen claro de qué se alimentaban exactamente, se sabe que se basaban en una dieta herbívora. Probablemente se nutrían a base de coníferas, palmeras, helechos y plantas con flores.

Gracias a su boca con forma de pico, podían cortar las plantas y posteriormente masticar con su portentosa dentadura, conformada por entre 400 y 800 dientes, y unas potentes mandíbulas. Se trata de un sistema dental único en el mundo animal.

6. Batallas con el Tiranosaurio

Posiblemente, el Triceratops pudo disputar temerosas batallas con uno de sus coetáneos más temibles, el poderoso Tiranosaurio Rex. De hecho, sus puntiagudos cuernos podrían haberle servido para defenderse de los ataques de este enemigo.

Así lo demuestra parte de un fósil de Triceratops recogido en 1997 que muestra un cuerno mordido, con marcas de mordeduras que coinciden con las del Tyrannosaurus. Estos restos evidencian que el cuerno se curó después de ser mordido, por lo que al menos algunos Triceratops sobrevivieron a estos encuentros.

Las marcas de pinchazos en los fragmentos fósiles encontrados hasta la fecha indican que los Triceratops macho también utilizaban sus cuernos para luchar entre sí, probablemente para impresionar a las hembras. Sin embargo, lo cierto es que aún quedan muchas incógnitas por resolver en torno a estos colosales herbívoros.