Oliver Stone: «Nos ha llegado una imagen distorsionada de Putin, en realidad solo quiere proteger a su pueblo»
Durante la visita de Oliver Stone (75) a Barcelona, el realizador americano ha cargado las tintas contra su propio país por partida doble. En primer lugar, porque durante la VI edición del BCN Film Fest ha presentado el documental ‘JFK: caso revisado’ en el que a partir de los documentos desclasificados en 2017 vuelve a poner el dedo en la llaga para desmontar la versión oficial sobre el magnicidio del presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1963. Tres décadas antes ya había mostrado su versión de los acontecimientos en ‘JFK: caso abierto’.
Y, en segundo lugar, porque se ha posicionado firmemente en la guerra entre Rusia y Ucrania. Muy crítico contra el establishment de su país, Stone ha sentenciado que «a Estados Unidos lo único que le preocupa es seguir vendiendo armas tremendamente caras a regímenes con los que cooperamos porque de esta manera su economía crece sin parar». En su encuentro con la prensa y en el coloquio posterior a la proyección del documental argumentó que «nos ha llegado una imagen distorsionada de Putin al que califican como el nuevo Hitler y Stalin, cuando en realidad es un buen hijo de su país que quiere proteger a su pueblo. El hombre que yo conocí era bastante racional y reflexivo como un jugador de ajedrez».
Esta comparación con el deporte rey ruso le ha servido para recalcar lo que Stone percibió durante la decena de entrevistas realizadas al líder ruso con motivo de la serie de televisión de cuatro capítulos ‘The Putin Interviews (2017)’. «Hay que tener memoria histórica porque la CIA ya quiso controlar Ucrania en 1947 y 1949 para poder infiltrarse en la (extinta) Unión Soviética. Putin es una creación de Estados Unidos. A mi país le resultó muy fácil crear otro golpe de estado, en este caso en Ucrania en 2014, cuando pusieron al presidente (Petró Poroshenko, predecesor de Volodímir Zelenski) para ir en contra de Putin y Rusia», afirmó con rotundidad Stone.
La CIA sigue siendo un ente siniestro que teje el destino de numerosos países en beneficio de Estados Unidos. De hecho, este servicio de inteligencia se las ha ingeniado para que todavía hoy en día no se sepa la verdad sobre el magnicidio de John F. Kennedy. El veterano director ganador de tres Oscar ha argumentado que «Kennedy fue el primer presidente desde Lincoln que se enfrentó abiertamente al poder y abogaba por una paz global. Se llevaba bien con Nasser, Kruschev, el presidente de El Congo… Su pensamiento no convenía a los poderes establecidos porque quería alejarse del imperialismo americano. Kennedy molestaba porque quería un acercamiento con los comunistas como Fidel Castro, que sufrió varios atentados; quiso apostar por una misión conjunta en la luna con los soviéticos, intentó sacar las tropas de Vietnam, deseó eliminar la segregación racial y quería ir desmilitarizando el país para evitar el gran negocio de las armas».
En petit comité asegura que hay muchos documentos clasificados y desclasificados que relacionan a la CIA con la mafia, con muchos exiliados en Cuba y con los planes que había para asesinar a Castro. Según Stone, «el pueblo americano es tan manipulable que solo cree en la versión fabricada por los servicios de inteligencia. Cuando se creó la Comisión Warren hubo dos miembros que no estaban satisfechos con los informes presentados, creían que era todo era falso desde el principio y que ya se había determinado que Lee H. Oswald era culpable. Un único francotirador, tres balas y luego una autopsia que con la desclasificación de documentos se vio que había sido falsificada. La masa cerebral que llegó al forense no pertenecía a Kennedy, alguien la cambió. Kennedy había perdido bastante en el coche, de ahí que en los vídeos se viera a Jackie intentando recoger los restos del coche».
A lo largo de tres décadas, Oliver Stone ha estado al tanto de la evolución en la investigación del magnicidio más mediático de la historia. Alega que «se creó un montaje extraordinario. Lo primero que hicieron fue cargarse a Oswald, así que Jack Ruby lo mató. Luego a este lo encarcelaron. Desde 1964 pidió a la Comisión Warren que le llevaran a Washington porque en Dallas no se sentía protegido, tenía mucha información que dar, y le negaron el traslado. Al final iban a juzgarlo en 1967 y, de repente, falleció de cáncer. ¡Qué oportuno!. Estados Unidos estaba experimentando con una inyección con la que contraías la enfermedad, Ruby tuvo una extraña reacción y murió varias semanas antes de ser juzgado. Es el encubrimiento perfecto».
En aquella época el país estaba también experimentando con enfermedades químicas y el control mental a través del programa MK Ultra organizado perpetrado por la CIA. Antes de presentarse al photocall, habló con varios periodistas de Marilyn Monroe, una de las múltiples amantes del expresidente de Estados Unidos: «La actriz fue un utensilio perfecto para sacar información a Kennedy, por eso también la mataron». El director aprovechó su estancia en la ciudad condal para recoger el Premio de Honor Sant Jordi de Cinematografía que organiza cada año RNE.