Lainez se precipitó para ir al Betis
En el futbol formativo muchos padres observan y se involucran en el desempeño de sus hijos, como si ellos fueran quienes dirigen. El gran problema, analiza el descubridor de talentos Ángel Coca González, es que cuando el proceso de un jugador joven se convierte en un botín millonario existe una influencia directa en su carrera profesional. El caso de Diego Lainez puede servir de ejemplo, afirma.
“Como ellos no pudieron hacer lo que sus hijos, pretenden que éstos jueguen en los mejores equipos sin tener el nivel adecuado y los convierten en nómadas”, sostiene en entrevista con La Jornada.
Lainez transitó en sus primeros partidos en la Liga Mx con su 1.67 metros de estatura, un físico en pleno desarrollo a sus 16 años y alejado del radar de cualquier club de Europa. Coca González intentó llevarlo al Pachuca cuando era más pequeño, en una olimpiada infantil en Tamaulipas, pero “el papá no era de la idea de dejar salir a sus hijos siendo tan chicos”, recuerda. Después de jugar con los Tuzos un Mundial en Corea, el tabasqueño prefirió construir su propio camino en el América, equipo más habituado a comprar que a formar talentos.