la Crisis que tiene la política en peru
Las protestas que vienen sucediendo en Perú desde hace ya casi dos meses han mostrado, una vez más, las arcaicas concepciones e imaginarios que se encuentran anclados en nuestra sociedad.
Si bien Perú está compuesto por más de 20 regiones que abarcan distintas zonas geográficas de desierto, montañas o selva y, además, cuenta con una gran diversidad étnica debido a sus orígenes ya conocidos, nuestra historia republicana siempre ha adolecido de un factor que ha sido un lastre para el impulso de la nación: el centralismo, factor transversal en lo que ha acontecido en meses recientes. Aunque explicar esto llevaría un gran recuento histórico, podríamos resumirlo de la siguiente manera: desde nuestros inicios como república, las élites económicas y políticas con poder se han concentrado en Lima y han dirigido el país durante casi dos siglos.
A pesar de las marchas y contramarchas del siglo XX, este poder de las antiguas clases terratenientes que se resistieron al cambio socioeconómico capitalista se ha mantenido. El sistema de semifeudalidad que señalaba Mariátegui a principicios del siglo XX recién comenzó a desintegrarse en los años 60 y 70. La clase oligárquica, acostumbrada a saquear recursos y no generar ningún tipo de visión de nación, tradujo este desinterés en el abandono de diversas zonas de Perú que provocaron grandes olas migratorias hacia la capital y gestaron visiones idílicas de Lima, tanto como una antigua ciudad señorial invadida por migrantes,