Ajolote, el animal más idiosincrático de México que se encuentra en peligro de extinción

Más allá de que el 1 de febrero se celebre el Día del ajolote y del protagonismo del pequeño animal en los billetes de 50 pesos, los reflectores mediáticos no alcanzan a iluminar su importancia, mucho menos los desafíos que enfrenta de tiempo atrás, explica el naturalista Andrés Cota Hiriart.

Luego de estudiar biología en la UNAM, realizó la maestría de documental científico en el Imperial College London, becado por el Conacyt, el joven divulgador se propuso reflejar la “lamentable situación en la que se encuentra el anfibio, que tiene en Xochimilco el último reducto para vivir en libertad.

“Esta especie endémica del Valle de México, que solía ser abundante gracias a los cuatro grandes lagos, pero que se ha reducido, y ahora al ajolote solo le queda Xochimilco como un lugar en libertad, y la situación allá está terrible en cuanto a la contaminación, las especies introducidas, el fraccionamiento del hábitat, la presión inmobiliaria que crece y crece: Xochimilco es como un entorno enfermo, no pasa por su mejor momento”, aseguró el naturalista en una entrevista.

En 2016 apareció una primera edición del libro, y desde ese momento ya “había bandera roja, un par de años después solo ha empeorado”, a decir de Andrés Cota. De ahí su intención de generar lo que define como una carta de presentación de la criatura para un público en sentido amplio, “desde que nací estoy obsesionado con los ajolotes, y conforme fui creciendo me di cuenta de que mucha gente ni siquiera los conoce”.

“Al ajolote, siendo tan icónico, a lo mejor el animal más idiosincrático de México, por lo menos de Ciudad de México, mucha gente solo la ubica por su aspecto, realmente extravagante, y hasta ahí se quedaba; así fue como se pensó en realizar esta especie de ventana de entrada al fabuloso y sorprendente mundo del ajolote”.

El libro

Con ilustraciones de la española Ana Bellido, el volumen apuesta por un marco de lectura amplio, desde el público infantil hasta quienes ya son versados en el tema, “con ciertos aportes que aún les sorprendan”; en ese sentido, el libro se editó como una bitácora de campo de un naturalista moderno.

“Está ilustrado de la manera en que se solía hacer la bitácora de campo: si viniera un naturalista a Xochimilco, qué reportaría en su libro, qué iría investigando sobre la especie; la motivación principal del libro es: si no puede valorar lo que conoce, mucho menos conservarlo”, explica Cota Hiriart. Hay que partir de transmitir información a la gente.

(Especial/Ana Bellido)

Cuando apareció la primera edición de El ajolote. Biología del anfibio más sorprendente del mundo, varias personas, sobre todo del norte del país, le preguntaron sobre la criatura, en especial querían saber si era real, lo que tampoco le pareció tan extraño a Andrés Cota Hiriart, porque si en Ciudad de México y el área conurbada, “a veces todavía prevalece la ignorancia sobre el ajolote, no se diga en el resto del país.

“El ajolote pasa por momentos de atención mediática, casi como una moda, y luego se olvida completamente; por eso, la motivación del libro, porque surgió en un momento en que no estaba en los reflectores: cuando hablas con un público joven, las nuevas generaciones no lo conocen. Ahí esta carta de presentación, a través de la cual se hace todo lo posible por conectarlo con la mayor cantidad de personas posible.”

Andrés Cota Hiriart 

Luego de estudiar biología en la UNAM, realizó la maestría de documental científico en el Imperial College London, becado por el Conacyt, el joven divulgador se propuso reflejar la “lamentable situación en la que se encuentra el anfibio, que tiene en Xochimilco al último reducto para vivir en libertad”.

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